lunes, 16 de mayo de 2011

CARDENALES EN ULTRAMARATON DE MONTAÑA y Despedida a un Gran Compañero

CARDENALES EN ULTRAMARATON DE MONTAÑA

Y Despedida a un Gran Compañero

50 KM EN SALTA.

PARTICIPARON 6 URUGUAYOS EN LAS DISTINTAS DISTANCIAS.

(POR GUSTAVO GORNI )

( DEDICADA A NUESTRO COMPAÑERO DE RUTA ROY "PULGA" GUTIERREZ )

Con mas de 1200 corredores provenientes de Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Estados Unidos, Canadá y Venezuela, se corrió el pasado 7 de mayo en Salta, la segunda edición de The North Face Endurance Challenge, una de las más reconocidas ULTRAMARATONES DE MONTAÑA a nivel mundial en sus dos modalidades 80 y 50 km.

También se realizaron 2 circuitos complementarios de 10 y 21 km.

Los Cardenales de Juan Lacaze estuvimos representados por Gustavo Gorni en la distancia de 50 km.

North Face es pionera a nivel internacional en carreras de montaña de resistencia extrema. Tiene instalada una fecha en Argentina ( este año en Salta), una en Francia ( Ultra Trail del Monte Blanco), la Canadian Death Race en Canadá, 5 fechas en Estados Unidos y la Ultramaraton de los Andes en Chile.

El escenario elegido en esta oportunidad fue la Quebrada de San Lorenzo en Salta, donde los corredores de 50 y 80 km encontraron un circuito de alta complejidad técnica, con grandes desniveles, alcanzando los 2500 metros de altura sobre el nivel del mar.

Los primeros kilómetros fueron propios de una carrera de cross country. Después se volvió una verdadera carrera de montaña con niveles ascendentes muy pronunciados, hasta llegar a la cima del cerro donde se recorrió filo de montaña por unos 3 km para luego comenzar con un descenso que hubo que respetar debido al gran desgaste físico a esa altura de la competencia. Una vez terminado este descenso se llega a la meta por senderos y caminos de montaña.

En 80 Km. llegaron a la meta 106 corredores. El ganador fue Gustavo Reyes de Neuquén tras 7 h 5 min de carrera. En damas venció la canadiense Tracy Garneau con un tiempo de 7hs 37 min y segunda en la general. Por Uruguay participaron TIDD JOHN posición 4 , 8hs 24 min 43 , DANIELA TEXEIRA Y SERGIO TERRANI, posición 96 y 97 , con un tiempo de 15 hs 35 min ambos.

El ultimo en llegar, posición 106 lo hizo en 16 horas 9 minutos.

En 50km 253 corredores completaron el circuito. El ganador fue el brasileño Iazaldir Feitosa Santana en 5 hs 9 min.

Por Uruguay participaron GUSTAVO GORNI, de los CARDENALES DE JUAN LACAZE, POSICION 118 en la general, 8hs 34 min.

MARIA DEL PILAR REIMUNDO, posición 180 en la general, 9 hs 17 min.

El último en llegar, posición 253 lo hizo en 12 horas 22 minutos.

Casi 600 personas participaron en las distancias menores de 21 y 10 km.

En 21 km., la uruguaya Luciana Moretti obtuvo la posición 17 en la general, con un tiempo de 1 hora 54 min.

La competencia fue declarada de interés provincial en SALTA, y contó con el apoyo de la Secretaria de Turismo y Cultura de la provincia. La ceremonia de premiación fue conducida por Pancho Ibáñez y será emitida por ESPN en los próximos meses.







NORTH FACE SALTA. ULTRA MARATÓN DE MONTAÑA 50 KM.


CRÓNICA.

(POR NUESTRO CARDENAL: GUSTAVO GORNI)

“La montaña te acerca a los seres queridos que no están”.

Fue lo que me salió de adentro cuando dos días después de los 50 km de la North Face, trepe el Cerro Morado a 2500 metros de altura, en un pueblito llamado Purmamarca en plena Quebrada de Humahuaca (Jujuy)

Allí me quede casi una hora en lo más alto del cerro contemplando el imponente paisaje y solo escuchando el sonido del viento que me pegaba por la espalda. Fue allí cuando tranquilo y en solitario me vinieron a la mente una cantidad de pensamientos que no había podido registrar durante la carrera que había terminado dos días atrás en San Lorenzo, Provincia de Salta.

La North Face congregó a 1000 corredores que participamos en diferentes distancias, 80, 50, 21 y 10 km respectivamente.

Yo elegí 50 km.

Era mi primera ultra maratón con el condimento de la ascensión al Cerro San Lorenzo a casi 2450 metros de altura.

Había entrenado mucho pero en cuestas de 20 o 30 metros de desnivel. Nada era comparable a lo que se iba a venir. Mis compañeros cardenales Alfredo ( compañero de Cruce 2010) , Julio Perera ,el Tibu y Forlancito, me hicieron el aguante durante gran parte de mi periodo de preparación.

Era aproximadamente las 8:00 de la mañana del sábado 7, cuando termine de aprontarme para la largada en el Batallón de Ingenieros de Salta. Había fijado a la mochila una bandera uruguaya y la había cargado con muchas barras de cereal y bastante agua.

Había decidido correr con un poco más de peso pero estar tranquilo de que llevaba lo necesario para mantenerme bien hidratado.

Los primeros19 km hasta el Abra del cerro San Lorenzo, los fui llevando tranquilo, corriendo con el pelotón a un ritmo de 10 km a la hora en un terreno muy parecido a la Salomón de Punta Ballena, con desniveles máximos similares a la subida al mirador del Patriarca en el Arboreto Lussich.







Al llegar al 19, puesto de control mediante me tome 5 minutos para comer algo caliente y cargar algo de fruta a la mochila. Se venía lo peor y no quería que me agarrara mal parado.

Y allí comenzó la batalla. Teníamos 7 km de subida constante y recorrido por filo de montaña. Mis piernas iban sintiendo cada paso y las pulsaciones aumentaban cada vez más. Iban apenas 2 km de ascenso y me parecía que había hecho 15. Trate de graduar la marcha para no ahogarme. Quedaba mucho por trepar. No quería mirar muy seguido el GPS para que no me trabajara el bocho.

Traté de ir comiendo de a poco, cada 30 o 45 minutos aun sin hambre para mantener un flujo de energía constante a las piernas que cada vez se sentían más cansadas.

Pase a muchos, que hacían un stop para recuperarse. Muchos también me pasaron a mí.

Traté de ir a mi ritmo, sin importar si pasaba o me pasaban. El desafío era poder hacer cumbre sin llegar totalmente exhausto. Como extrañaba a Alfredo Perez y su “¡Vamos botija!” y a mi familia con su “¡Vamos Gusy!”

Era la montaña y yo. No quería ni pensar en abandonar, así que me arme de fuerzas y con las piernas casi temblando llegué a la cumbre del San Lorenzo (km 25) luego de casi 5 horas de haber largado.

Después de dos días y en la cima del Cerro Morado en Humahuaca, encontré el porqué había conseguido esas fuerzas para seguir.

Comprendí que fue la montaña misma la que me acercó a la gente que más necesito en los momentos más difíciles y fue en esa montaña que los encontré uno a uno aunque físicamente no estuvieran conmigo (también encontré a mi vieja, a quien perdí hace casi 3 años)

Comenzó el descenso y tenía las piernas tan flojas que tenía miedo a una torcedura, así que trate de bajar dando saltos bien cortos y clavando los talones para menguar la marcha que era mucho más sostenida. Aquí el partido se jugaba en bajar lo más rápido posible sin arriesgar una caída. Por suerte, la jugada me salió bien aunque me pegué un par de porrazos que no dejaron mas huella que algún raspón y un par de moretones.

Llegué al fin al kilómetro 36 ( puesto de control Las Costas ) que era la base de asistencia total casi sin piernas.

Quedaban 14 kilómetros de carrera. Había muchos que tomaban un poco de agua o Gatorade o se llevaban una fruta y seguían su rumbo.

Yo opte por detenerme nuevamente cinco minutos. Sebastián Tagle del Club de Corredores me ofreció una sopa bien salada y me dio una pequeña porción de arroz con algo que no se que era. Me acordé que él había aconsejado en la charla técnica que reponer energías era crucial en el último tramo. Aunque pareciera que ya faltaba poco, esos kilómetros podían ser mortales.

Así que elegí por seguir su recomendación y en verdad me vino como anillo al dedo.

Salí a buscar mis últimos 14 km, luego de 6 horas 52 minutos de la largada.

Corría 100 o 200 metros y tenía que caminar unos 50. Así estuve por 15 o 20 minutos. Cada vez tenía menos necesidad de parar. Faltando 10 km parecía que había recuperado mis fuerzas (la comida había hecho lo suyo) y comencé a trotar en forma continua. Me encontré con por lo menos 20 corredores que venían caminando porque ya habían dejado todo. “¡Vamos uruguayo!” me decían, luego que los pasaba al ver mi bandera en la mochila. ¡Cuánto bien me hacían esas palabras! Creo que los últimos 5 kilómetros los hice a menos de 6 min/km.

Cuando empecé a divisar el Arco de llegada desde lo alto de una loma, me parecía mentira que ya todo estaba terminado. Entré al campo de Regimiento y a 200 metros de la llegada, me detuve, saque de la mochila la bandera de Uruguay, que había comprado para el Cruce 2010 y terminé los últimos metros con el grito repetido de: “¡Vamos Uruguay! ¡Vamos Salta! ¡Vamos Cardenales”. Mónica estaba allí para darme el último aliento.

Al final, estiramiento de por medio y con las piernas casi agarrotadas, internamente me dije: “Misión cumplida”

8 horas 34 minutos, fue el tiempo de carrera, quedando en la general en la posición 118 de 256 corredores que llegaron.

El ganador Iazaldir Feitoza Santana de Brasil, completó el circuito en 5 horas 9 minutos, mientras que los últimos en llegar tardaron alrededor de 12 horas.

Al final de todo queda una alegría muy grande y una experiencia de la complicidad única con la naturaleza.

La montaña te deja por un tiempo, pero cuando te alejas, ella sabe que en algún momento volverás.

Al llegar a mi pueblo, el viernes siguiente, a las 11 de la noche, como un balde de agua fría, me dicen que Roy ya no estaría mas entre los que amamos esta forma de vivir.

Había dejado este mundo haciendo lo que le gustaba hacer…¡¡¡ CORRER !!!

La familia de corredores de Juan Lacaze, había perdido fisicamente a un muy buen deportista.

Seguramente lo encontremos cuando hagamos meta en nuestras corridas, o tal vez en la montaña.

Quiero dedicarle esta ultra a Roy, estoy seguro que él se hubiera alegrado mucho al saber que termine esta carrera tan especial para mí.







HASTA SIEMPRE COMPAÑERO.